Fragmentos de la historia de Madrid

De dos escritores de provincia

Madrid ha sido siempre una villa acogedora, que inviste y designa madrileño a cualquier persona que desee incorporarse y, naturalmente, integrarse en la vida cotidiana; si bien es cierto que para llegar a ser gato - auténtico gato, por lo visto, son necesarias al menos tres generaciones consecutivas naciendo en la capital. 

Madrid ha sido, a lo largo de los años, lugar de residencia y referencia de millones de seres humanos que estuvieron dispuestos a desarrollar su vida y sus querencias. Por eso hoy recuerdo a dos personajes que naciendo en otras provincias españolas, desplegaron en Madrid la vida profesional, emocional, cultural y anímica.

Federico Muelas había nacido en la provincia de Cuenca - en una casa grande y solemne que estaba cerca de las rumorosas hoces del río Júcar - en octubre de 1909 y murió aquí, en la Capital de España, en el año 1974. Fue poeta, periodista, farmacéutico y abogado. Desarrolló, precisamente en Madrid, una interesante y certera obra literaria. Tuvo relación con Unamuno, Lorca y un sinfín de escritores de su tiempo. Participó en la tertulias de Ortega y ya se decía en ese entonces que solía alargar tanto sus discursos que llegaban a hacerse interminables. Manuel Alcántara nos lo describió celebrando un pregón de Navidad que ofreció en el Convento de la Encarnación de Madrid, y que se alargó tanto - cuenta en periodista - que estuvo a punto de clausurarse la Misa de Gallo, porque estando a punto de empezar. Federico, impasible, continuaba hablando. Y así, de ese modo, le recordaron a partir de entonces, también desde estos versos:

En el Portal de Belén

habló Federico Muelas

al terminar, las pastoras

eran ya todas abuelas.

Eso hoy lo conmemoramos desde lo jocoso y más festivo que siempre ha ofrecido la literatura española de todos los tiempos, desde el amplísimo y extravagante anecdotario que está impreso en los ambientes más íntimos e insondables de nuestra Villa, que a los largo de los siglos ha ido desgranando sus matices y sus propios fermentos.

También por ese entonces, llegó a Madrid otro ciudadano que había nacido en Astorga en la provincia de León en 1907 y fue notable escritor al tiempo que ejercía una de las más insignes magistraturas del Tribunal Supremo. Se trata, en este caso, de Luis Alonso Luengo. Había compartido amistad y mucha cercanía con Leopoldo y Juan Panero y, por supuesto con Ricardo Gullón. Luis Alonso Luengo como Federico Muelas, también murió en Madrid en el 2003 y como a él le sucedía algo parecido. Ambos eran Cronistas oficiales en sus lugares de origen y ambos se alargaban demasiado en todos los discursos que ofrecía. Realmente, yo, siendo testigo, presencie varios que se me hicieron interminables. 

Como un noble recuerdo, afectuoso recuerdo, algunos de sus amigos poetas le dedicaron estos versos:

Luis Alonso Luengo

hombre erudito

 que además de Luengo

es infinito.