Sencillamente irresistibles

Bailando con lobos

Corriendo bajan los lobos 

de lo alto de las montañas

todos juntos a cazar

como buenas alimañas.

Marchan felices, contentos

encantados con su tropa

pues les cuidan y defienden

las ordenanzas de Europa.

 

Porque tienen protección,

 mas que vacas y terneros,

mas de la que gozan juntos 

ovejitas y corderos.

Y por eso han protestado

ante tantísimos daños,

pastores y ganaderos

viendo diezmar sus rebaños.

 

Pero en vano sus denuncias

quejas y lamentaciones.

Minimizan sus reclamas,

desechan sus peticiones.

Nadie les hace ni caso

por más que paguen impuestos.

Los políticos se cuidan

solo en conservar sus puestos.

 

Hasta que de pronto un día 

el lobo más grande y gordo

el que tenía la fama 

de estar, o de hacerse el sordo…

Se desvió de la senda

con la presteza de un rayo

y se fue para una finca

a merendarse un caballo.

 

Era Dolly que pastaba

ajeno a tanta maldad,

el pony de Von der Leyen,

Ursula la mandamas , 

que  bruscamente asumió

por tan dolorosa cuita

que el lobo no solo sirve

de cuento a Caperucita.

 

No es simplemente un bichito,

ni tampoco es un turrón.

No son los cinco lobitos 

citados en la canción. 

Así que muy sorprendida

por tan gran revelación 

se ha avenido a rebajar

su nivel de protección.

 

Viste de luto Bruselas, 

despiertan los mandatarios

prestos siempre a recibir

unos cuantiosos salarios.

Mientras Ursula ,conversa, 

tal cual le ocurrió a San Pablo,

damnificada por lobos,

se ha caído del caballo.