¡Profesiones de riesgo!

Es patético que el Ministro del Interior no quiera darse cuenta de que pertenecer a la Policía Nacional y la Guardia Civil se cierne en aventura peligrosa y que, en consecuencia, estos ejercicios profesionales deberían de ser declarados “profesiones de riesgo”, a pesar de que ya estén consideradas profesiones de riesgo las que desempeñan los Mossos d’ Esquadra en Cataluña y la Ertzaintza en el País Vasco. El comienzo de este texto no radica en comparar unas policías con otras. Radica en denunciar el abandono y la desidia que reinan en el Ministerio del Interior por no querer asumir la realidad de todo lo que sucede en esta España que avanza renqueante; ya que no se contempla la posibilidad de que esos dos Cuerpos de Seguridad del Estado dispongan de los recursos necesarios para asumir con todas las garantías la profesión que desempeñan. Ambos cuerpos son partícipes directos en la solución de conflictos peligrosos y representan la garantía de los derechos de los españoles, para que el Estado Democrático cumpla con sus fines garantistas de seguridad. La Policía Nacional y la Guardia Civil han pedido y han reivindicado que el desempeño de sus funciones sea considerado una profesión de riesgo, ya que de manera habitual se enfrentan a situaciones realmente comprometidas y peligrosas. Los españoles necesitamos a los dos cuerpos de seguridad que han venido colmatando, a los largo del tiempo, sus responsabilidades cotidianas; pero también pedimos que nuestros gobernantes se den cuenta, de una vez por todas, que necesitamos que el Estado Español también asuma su responsabilidad para que en este país puedan evitarse tantas situaciones lamentables. Me parece, y seguramente le parece también a la mayoría de los españoles, que lo que le sucedió estos días pasados a la Guardia Civil en Barbate, podría hacernos reflexionar de un modo muy profundo, ya que por falta de medios y, en consecuencia, por falta de seguridad, dos guardias civiles murieron arrollados por una poderosa narcolancha que ofrecía muchísima más potencia y muchísima más tecnología que la modesta embarcación neumática de que disponía la Guardia Civil. Me da vergüenza que mi país ahorre el chocolate del loro y que las consecuencias de ese ahorro produzcan efectos tan letales y tan tristes. Es más vergonzoso aún que todas las viejas embarcaciones dispuestas para controlar el narcotráfico, estuviesen averiadas y conservadas en un estado triste y lamentable. 

La Policía Nacional y la Guardia Civil necesitan que los ciudadanos nos comprometamos con ellos y que exijamos, en su nombre, a los responsables políticos más realidades. Porque esos seres humanos, que ejercen su profesión en ambos cuerpos, se dedican a custodiar y a defender los derechos de todos los españoles.

Los presuntos asesinatos de Barbate sucedieron estos días, y eso ha de ponernos los pelos de punta, ha de ponernos en guardia para EXIGIR que los que participen desde el riesgo lo tengan reconocido. Luego, para colmo de los colmos, está ahí el ministrucho Marlaska, ese que cuando era juez parecía justo y que ahora ha demostrado su falta de humanidad al no darse cuenta de que la Policía Nacional y la Guardia Civil corren infinitos riesgos cada día que se disponen a custodiar la paz y la concordia. Y porque los compañeros asesinados en el vergonzoso atropello de Barbate forman parte ya de una mancha que no puede quitarse poniendo una medalla sobre un féretro. El ministro debería dimitir si es que tiene conciencia. Pues desde su ministerio se ha contribuido a que NO pudieran defenderse ante tanta barbarie. Estoy avergonzado por vivir este momento de falta de pudor y humanidad. Pues nuestras autoridades vertebran un sistema y tienen la obligación de protegernos.