La mirada de Ulisas

La mirada más amable hacia el semejante, como hombre de paz y unidad

LA MIRADA DE ULISAS siempre inquieta y buceadora de verdades no logra conciliar el sueño desde hace veintidós meses, cuando se inició la guerra en Ucrania aquel fatídico mes de febrero del 2022. Momento crítico para el mundo que temió por su suerte. La amenaza de la utilización de la bomba atómica estaba a la orden del día, frente a la impotencia de neutralizar poderes. Resultaba una posibilidad dentro de los planes de Putin, quien afortunadamente por algún buen motivo, frenó sus impulsos maquiavélicos. Recuerda Ulisas que su mirada viajó a los campos de batalla donde halló desolación, congoja, muertes y heridos con muchos dolores acumulados que no cesan desde entonces. Los focos de los noticieros se centraban día a día en aquel desastre planetario con numerosos desplazados, hasta el día 7 de octubre cuando los atisbos se estrenaron en otro frente de abusos y violaciones en sur de Israel: nuevo foco de conflicto. En el primer caso hubo alerta de guerra, en el segundo se dio por sorpresa con la bajeza que implican las artimañas traicioneras de los grupos terroristas que no obedecen a ningún canon establecido por leyes marciales. Desatienden y engañan los valores humanistas sin el menor respeto a la población civil. El mundo despertó frente a algo que ya no se vivía en el alcance de la maldad. Aquella nefasta madrugada lo más vil se vio como arma de guerra. Lo asombroso y diabólico se unieron para la fiesta de la sangre, de las muertes y de los secuestrados. Personas amantes de la concordia y la sana convivencia le cantaban a la paz en un concierto sin visos de violencia hasta que llegaron los terroristas de Hamás para convertirlo en la macabra orden de transgresiones. Un afán infernal se apoderó de estos hombres quienes en nombre de “Alá Akbar”, su dios mataban, violaban, le rajaban el vientre a una madre en embarazo para ponerle a su crío al horno. En fin, enumerar los desmanes no es el propósito de la mirada de Ulisas. Sabe de sobra que el mundo ya conoce los pormenores del día de los abominables y abyectos horrores, su atisbo se detiene en las consecuencias de toda guerra, donde aún los que salen con el grito de la victoria pierden tanto. Y ella, Ulisas, con el alma trashumante y su atisbo de tristeza e impotencia se pregunta ¿por qué se hacen esas declaraciones de guerra? cuando se entiende que es para acumular más lamentaciones, como son las pérdidas de cada lado y las confusiones que se siembran para multiplicar errores. Esas muertes injustas que se viven a diario, como el caso de los tres rehenes muertos a manos de sus hermanos por creer que estaban frente a sus enemigos. Accidentes como estos pueden suceder debido a la confusión que lleva a la demencia de las armas. Al igual que toda guerra sin excepción cobra víctimas inocentes que tanto duelen. Es el precio de las guerras que según la mirada filosófica de Ulisas no deberían existir por ningún motivo. Aunque se diga que por defensa propia la guerra se impone.  Con sus ojos sensibles y en lágrimas Ulisas trae el testamento de un soldado israelí caído en combate y antes de morir desnudó su corazón: "Les escribo este mensaje camino a mi base. Si están leyendo esto, es porque algo me sucedió. Bien me conocen, probablemente no exista nadie más feliz que yo en este momento. No es sólo porque esté cerca de realizar mi sueño, sino por sentirme feliz y agradecido por haber tenido el privilegio de proteger a nuestro hermoso país y a nuestro pueblo de Israel. Aunque algo me pase, no anhelo que se hundan en la tristeza. Tuve el privilegio de realizar mi sueño y mi vocación. Pueden estar seguros de que los estoy mirando desde arriba y sonriendoles. Probablemente me sentaré al lado del abuelo y trataremos de elucidar algunas lagunas, hablaremos sobre nuestras experiencias personales y de los cambios acontecidos en las guerras. Tal vez también discutamos un poco sobre política, y le preguntaré sobre sus consideraciones. Si quieren conmemoran mi semana de duelo, por favor háganlo con mis amigos y familia y por favor diviértanse. Pido que haya comida, carne por supuesto, cerveza, bebidas, cereales, té y sin olvidar servir las galletas de mamá. Cuenten chistes, escuchen historias, alternen con todos mis otros amigos que aún no conocen. Les tengo envidia por poder estar todos juntos.  Yo los estaré observando desde las alturas. Y otro punto muy pero muy importante; si caigo en cautiverio, vivo o muerto, no deseo que ningún soldado o civil resulte perjudicado debido a un acuerdo para lograr mi liberación. No les autorizo liderar una campaña, una lucha ni nada por el estilo para que se liberen a terroristas, bajo ninguna circunstancia ni transacción. Por favor, les ruego que permanezcan fieles a mi voluntad. Repito, salí de casa sin que ni siquiera me hubiesen convocado a las armas. Estoy orgulloso y devoto de cumplir con mi misión. Siempre dije que: si tengo que morir, me gustaría que fuera para defender a los demás y a nuestro país. Jerusalén puso ángeles guardianes, llegará un día y seré uno de ellos.

Muy emotiva la misiva que dejó este soldado en acción, pero su meta no era ir a matar personas ni violarlas sino defender a su patria con la alta formación y exigencia que reciben los soldados israelíes para no caer en la falta de los códigos militares y seguir las Tablas de la ley, que sólo permiten matar en defensa personal. Por lo visto, la mirada de Ulisas imagina que este soldado debía ser un emigrante argentino o uruguayo al no abandonar sus raíces y al solicitar que la carne fuera un plato principal. También ese vislumbrar realidades implora que no haya más muertos ni heridos que lamentar y que los cientos de rehenes no corran con la misma suerte de los tres difuntos, al poder regresar a sus casas con vida. El sentir de Ulisas sabe que es el anhelo profundo de un pueblo que defiende a sus hermanos. No como los terroristas que son capaces de mandar misiles sobre su sagrado templo en Jerusalén: El Acqsa, para luego adjudicarle “la manipulada maniobra” al pueblo judío, como lo hicieron con el hospital en Gaza. Deplorables hazañas que realizaron con el tenebroso fin de obtener más adeptos a sus locuras sin importar cuántos de sus hermanos puedan ser sus víctimas. Misiles interceptados por la Inteligencia militar israelí para evitar otro “éxito” para los terroristas. Entre más muertos cuenten más logran conmover la opinión pública que no se entera de las realidades, tantas veces revestidas de mentiras. ¡Qué mundo! nos espera si no existe una defensa de los principios que el mundo occidental conquistó luego de innumerables batallas y el posicionamiento de la mujer con sus derechos y sus libertades al igual que el derecho a la diferencia y una mirada más amable hacia el semejante como la que mantiene Ulisas cuando se refiere al ser humano y a su condición de hombre de paz y unidad.