Entrevista bienestar

De la belleza al infinito

María Eugenia Fernández de Castro es afable, encantadora, amante de la naturaleza, experta en el campo editorial, en Relaciones Exteriores, en Bienestar y Belleza tanto en prensa escrita como en radio y TV Empresaria, y fundamentalmente imaginativa, vibrante y brillante.
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photo_camera María Eugenia Fernández de Castro

¿Qué es para ti la belleza?

Es una ilusión que se ilumina, y que se puede apagar sin darte cuenta

 

¿Por qué te dedicaste a estos temas?

Tuve una parálisis en un lado de la cara. La experiencia me llevó a buscar soluciones y luego, a compartir lo aprendido.

 

¿Qué es mejor, estar atractivos o ser guapos?

El atractivo siempre resulta más interesante.

 

El Maquillaje ¿cubre defectos o resalta virtudes?

Las dos cosas siempre que se aplique con conocimiento.

 

¿Has escrito algún libro, plantado algún árbol y creado muchas historias hermosas?

El libro está hecho gracias a Rosy Martínez de Burgos, mi querida cómplice de aventuras varias. He plantado árboles ¡Me encanta la naturaleza! Y tengo la suerte de vivir muchas historias hermosas porque la imaginación siempre me acompaña.

 

María Eugenia Fernández de Castro

 

¿Cuáles son tus marcas favoritas y por qué?

Shiseido y Dior  por ejemplo tienen una calidad indiscutible, sería una lista interminable! Sigo descubriendo nuevas Marcas, también depende de para qué, siempre hay un tema en el que una destaca sobre las otras.

 

¿Qué piensas de la frase “Hay que ser guapos por fuera, pero mejor por dentro?

Si no eres guapo por dentro, tarde o temprano se notará fuera…

 

Y ¿Qué opinas de “A cada edad lo suyo”? ¿Tiene edad la belleza? ¿No se adora excesivamente la juventud?

Es un condicionante lo queramos o no, lo importante es aprender las ventajas de cada edad y no dejarse llevar por lo negativo que TODAS las edades tienen, la inexperiencia por ejemplo cuando se es joven. El culto a la juventud es tan efímero que es mejor cultivar la sabiduría.

 

¿Te gustan los piropos?

Los piropos si son auténticos siempre me gustan, pero los detesto si me parecen interesados.