Díes irae

Tetralogía del cambio de hora: la tradición

2º.- LA TRADICIÓN  

El meridiano de Greenwich es el GMT- 0, UTC-0 en el dibujo. Abarca Inglaterra, Francia y España (ver la franja mostaza) Irlanda pertenece a GMT -1 y Portugal, mitad y mitad aunque la parte más poblada es ya GMT -1. 

TETRALOGÍA DEL CAMBIO DE HORA

Los horarios dentro del meridiano son los naturales: las 12 del mediodía (según los principios del reloj solar) divide las horas de luz en dos mitades iguales. Es un horario rural, volcado al campo y pendiente del sol. El sol lo era todo. Piénsese que hasta 1880 no patenta Edison la bombilla; no existía la luz eléctrica. Se ponía el sol y a casa; salía el sol y al campo. La Conferencia del Meridiano es en 1884 y las novedades de la electricidad no le son ni imaginadas. 

El horario de Greenwich producía una vida natural y confortable. Era  un horario que la gente apreciaba. La República lo adoptó, sin tocarlo, entre 1931 y 1936. Por eso pudieron nacer obras de culto como el “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”, de García Lorca, poema que cita más de veinte veces la frase “a las cinco de la tarde”, hora de las corridas de toros. Y los pamploneses, al llegar el mes de julio, cantaban por sanfermines: “Levántate pamplonica / levántate y pega un brinco / que acaban de dar las cinco / y el  encierro es a las seis”. Se levantaban a las cinco como si tal cosa…y ya era de día.  

“El ángelus” Jean Françoise Millet
“El ángelus” Jean Françoise Millet

Qué decir del rezo del Ángelus. A las 12 de la mañana, en los campos y tierras de media Europa, se oraba en todos los idiomas: “El ángel del Señor anunció a María” “Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo” Es bien cierto que, partiendo del GMT- 0, aquel horario tuvo sus adelantos en verano.

Pero al menos durante la República no se modificó la hora en todo el año. Como anécdota, el último gobierno de Alfonso XIII ya tenía aprobado el  decreto para adelantar la hora el 18 de abril de 1931. Pero el 14 de abril se proclamó la República y la primera medida del gobierno republicano, la primera, fue anular el decreto de adelanto y dejar todo el año el mismo horario.  

Durante el franquismo, una Orden de 7 de marzo de 1940 dispuso que el día 16 del mismo mes la hora legal (que venía siendo la de Greenwich) se adelantase. Se planteó como el típico cambio de verano, anunciando ya su vuelta al horario solar (“oportunamente se señalará la fecha en que haya de volverse al horario normal”) Pero tal cambio no sucedió nunca. Durante 35 años, prácticamente hasta la agonía de Franco, se mantuvo España en el GMT +1, sin cambios anuales de ningún tipo. 

¿Por qué no se volvió a Greenwich aquel otoño? La teoría más extendida es que Franco prefirió permanecer en la hora de Alemania (GMT +1) con la que se encontraba alineado, antes que con la de Inglaterra. Pero no menos cierto es que Hitler murió en 1945 y Franco mantuvo esa hora toda su vida, cuando lo “políticamente correcto” habría sido regresar al horario británico. Yo creo que Franco se mantuvo en el GMT+1 porque era un horario magnífico.  

Quienes nacieron entre 1940 y 1975 se beneficiaron de él. No tuvo alteraciones en 35 años. Mejoraba mucho a Greenwich porque le quitaba esa “ruralidad” madrugadora, dando más luz a las tardes. Eran tardes inolvidables, para quienes tuvimos el gozo de disfrutarlas. Existía el crepúsculo, cuando amigos o parejas regresaban de los paseos por el campo, viendo atardecer poco a poco. Llegaba la noche “con su paso lento de vaca  por el cielo” como escribiera Ortega en “Meditación de El Escorial” y se cenaba, recién anochecido. El cine de verano era a las diez de la noche (como debe decirse) y a las 12, medianoche, ya todo el mundo descansaba.

 

Más en Opinión