Sencillamente irresistibles

Santo barón

Esto era que se era un santo señor que presidía un gobierno tan solo por amor, por pundonor, por rotundidad en su palabra, firme aún por encima de sus cambios desvergonzados e incansables de opinión ¡no mentiras!. 

Que no estaba en absoluto apegado al cargo, aun a pesar de vender amnistías a siniestra muy siniestra, y pactar con el demonio incluso, sino que lo hacía por el país al que amaba, casi tanto como a su adorable esposa, masacrada por la derecha y la ultraderecha malévolas y no por méritos propios, porque ella es muy legal y muy inocente y muy mona y muy amiga de sus amiguis.

Y ¿muy catedrática?, no, eso no “y si no me acuerdo, no pasó” que dice la canción de Thalia.

Un santo varón que necesita reflexionar mandando cartitas de ¿dimito, o no dimito? A la ciudadanía…Resulta emocionante cómo nos invita a reflexionar, a participar en sus buenolisimas acciones. 

Así pues, reflexionemos:

¿Qué elucubra su hermosa cabeza?...Estas son proposiciones, no de ley, desde luego, a tener en cuenta.

Su imagen es en efecto la de un santo que se pregunta si merece la pena tanto sufrimiento. “Aparta de mí este Cáliz”, y que a lo mejor, si el puente próximo se va a la playa a continuar su paripé “reflexionador”, su teatrillo, se pone a sudar sangre para ambientar más la cosa.

Pero ¿por qué hace estas cosas precisamente ahora?... 

  • ¿Tiene miedo de lo que puede aparecer en la ciénaga?
  • ¿Necesita que le aclamen? “No se vayas todavía, no se vaya por favor, que nos deja huerfanitos siempre que nos dice adiós”.
  • ¿Es un golpe de efecto en las elecciones catalanas, que Puig entre por un lado y él salga por otro, y viceversa?
  • ¿Pegasus le tiene acongojado?
  • ¿Marruecos le ha dicho “secretitos al oído”?
  • ¿Necesita plañideras para cuando llegue el momento de su divorcio? Porque si sale a la luz que la adorable esposa no es tan íntegra, ni tan desinteresada, ni tan lista o tan tonta, tal vez prefiera no amarla tanto y salvar la ropa y la tropa.

A veces llegan cartas con sabor amargo con sabor a lágrima (por seguir con el cancionero, en este caso de Raphael)

 Ahora nos ha llegado esta, tan llena de sentimiento que hasta se pueden experimentar remordimientos por el ataque de risa que provoca.

¿Qué detiene su agenda para tomar una decisión? ¿Se puede parar el gobierno de un país para maquinar algo? 

¿Dimitir usted? ¿Qué no le importa el cargo? ¿Qué se va para no volver?

Pues adiós, hasta dentro de un ratito, que disfrute de sus vacaciones, o sea, de su golpe de efecto y que no le salga el tiro por la culata, que las malas lenguas, por Europa ya andan diciendo que su santidad lo deja todo por la corrupción de su mujer.

Sería recomendable que leyera el manual de resistencia escrito al parecer por un tal Sánchez.