Proserpina

Música y pintura

Desde el 29 de febrero, hasta el 2 de junio, Santander nos ofrece una nueva exposición artística en las salas Naves de Gamazo. Una experiencia única y novedosa para quienes se adentren en ese magnífico espacio habitado por inmensas piezas de Jose Manuel Ciria, uno de nuestros artistas plásticos de mayor proyección internacional, y bañado por los sonidos de una suite electrónica compuesta por Luis Carlos Esteban.

Al pintor expresionista abstracto os lo presenté en mi columna Ciria, y pintor de la memoria, pero para que podáis haceros una idea del tándem de talentos, tengo que hablaros del compositor. 

Luis Carlos Esteban comenzó como teclista de Plástico, grupo embrionario de la Movida Madrileña y posteriormente de Los Trastos, en 1979. Tras hacer la mili se incorporó a la banda de Tino Casal para la gira Champú de huevo y un año después creó Olé Olé con gran éxito en España e Italia. Tres años más tarde dejó el grupo para dedicarse a sus producciones y su estudio de grabación profesional. Desde 1986 hasta el 2000 produjo más de cien discos para artistas reseñables como Alaska y Dinarama, Azúcar Moreno, Amistades Peligrosas, Thalía, Carlos Berlanga, Astrud, Luz Casal…Más de quinientas composiciones editadas y más de setecientas colaboraciones como teclista. Luis Carlos Esteban está detrás de muchas de las canciones que seguimos escuchando. Durante cinco años fue el ingeniero de sonido de la Orquesta de Cámara Reina Sofía y productor y compositor de prestigiosas campañas de publicidad. Será a partir del 2000 cuando decide regresar a sus orígenes, a su pasión por la música electrónica de los 70, con una serie de álbumes para su sello discográfico Tyrell Récords desde el que sigue explorando en la profundización de su (reconocido) lenguaje musical.

Exposición "Ciria Pintura, Memoria y Tiempo"
Exposición "Ciria Pintura, Memoria y Tiempo"

Y ahora sí, pasemos al interior de esas salas cuyo nombre promete travesía. Nada más entrar, los ojos se van hacia un poderoso y epatante óleo sobre lona de 200x350 cm, Construcción vertical, o La parábola de los ciegos, presidiendo el espacio que comparte con tres de las mejores piezas de la serie Máscaras de la mirada, previas a sus años en NY.  Un estallido de elementos donde conviven lo geométrico y lo gestual, y las manchas adquieren volumen como si fueran cuerpos. Ventanas trágicas que nos conducen a las sombras. Y accedemos a lo oculto inmersos en sonidos que han bebido de las fuentes de la música electrónica europea, desde Ligeti, pasando por la escuela alemana de Stockhausen, hasta la escuela de Berlín con Tangerine Dream, kraftwerk…Luis Carlos Esteban trata de dar un paso más en ese género sin estorbar ni quitar protagonismo a la obra de Ciria, provocando en el espectador sensaciones más intensas. Esta suite es un viaje surrealista con tintes infantiles y lisérgicos influido por la película de un Alicia en el País de las Maravillas de Disney, que retrata un mundo onírico en un escenario cuántico de universos paralelos y una distorsión del espacio-tiempo. Son casi veintitrés minutos en bucle creados por sintetizadores clásicos analógicos, como el Júpiter 4, PPG, EMS Synthi, estructurados a modo de collage sonoro con algunas piezas Naif de la película citada. Una obra amoldada a esta exposición, pues como dice el crítico de arte Alfonso De la Torre, “las pinturas de Ciria parecen coaccionadas a alejarse de sí mismas para establecerse en un nuevo país constituyente, un espacio nuevo y sin nombre.” 

Detalle de la exposición
Detalle de la exposición

El resto de los espacios de las Naves de Gamazo son una explosión de color sobre soportes de vidrio, lonas plásticas, aluminio, fotografía, vídeos y collages. “Imágenes aladas”, como las define Alfonso de la Torre, “el ejercicio ardiente de una mirada concentrada”. Entre ellas, catorce obras de 200x200 cm colocadas como un mosaico. Un bellísimo tondo de 2,50 cm de diámetro que proviene del espacio memorístico del pintor, esa búsqueda que gira y gira sin cesar persiguiendo la obra de arte total; ese cierre mágico. Cinco piezas de 300x300 cm, el tormento y el Guernica de Ciria con el título de Armaduras de luz. Una tela vertical de 356x249 cm homenaje a Magritte, al vértigo ante el vacío de su cuadro El hombre del periódico… Y a ese ejercicio y disfrute por desvelar lo que escapa a la visibilidad, contribuye My view of Ciria in Wonderland, una composición musical que aunque electrónica hace referencia al entorno de Naves de Gamazo: las sirenas de los enormes buques saliendo del puerto de Santander, antiguos aviones sobrevolando la ciudad, sonidos agudos y chirriantes emulando las gaviotas… Un vaivén que al igual que la obra de Ciria te sumerge hacia el surrealismo más profundo para hacerte emerger con el brillo y colorido de la belleza del mundo en el que habitamos. 

Un lujo de exposición que gracias a la Fundación Enaire quedará impresa en el recuerdo.

 

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