Símbolos sin tiempo

El ministro de Cultura

El ministro de cultura se mete en “camisa de once varas”. Él sabrá lo que hace y por qué lo hace, que dudo que lo sepa… Pero ahora está contento o debería de estarlo, porque el Gobierno de Castilla la Mancha con su presidente Emiliano García-Page al frente  - ¡Casi nadie al aparato! - están de acuerdo con que el Ministerio de Cultura se involucre de lleno en el arduo laberinto de la descolonización de los museos españoles. El Gobierno de Castilla la Mancha da el “do de pecho” y respalda algo que no sabe en qué terminará, ni qué respaldará. Ya que puede que termine como “el rosario de la aurora”.  En principio lo hace con alborozo y decisión desde que Ernest Urtasun dijera que “es una cuestión de inercia y de evolución”: seguramente tampoco supo lo que quiso decir con esas palabras tan insípidas, inodoras e incluso tan abstractas…pero como Page se había metido en el “fregao” del Presidente del Gobierno de España al haber manifestado - mientras estaba rodeado por unos cuantos presidentes autonómicos del PP - que no estaba de acuerdo con los asuntos que desde la Ley de Amnistía afectarían al terrorismo catalán… ahora quiere arreglarlo, y se le ocurre la estupidez supina de apoyar a Sánchez “saliéndose por la tangente” y lo apoya a través de sus aliados de Sumar. Hay que reconocer el mérito de Page. Siempre dice cosas que no aportan nada a nuestra sociedad, cosas vacías, pero está ahí, diciendo “so y arre”. Vive en candelero, en medio del tomate o la pomada, por si acaso se olvidan de que es el Presidente de Castilla La Mancha y como un don Quijote de poca monta, quiere dedicarse a deshacer entuertos y a pelear con molinos. Page es un presidente desahuciado por su propio Partido, e incluso por nosotros, por los que esperamos atentos hasta que diga una nueva majadería. Porque sabemos, a ciencia cierta, que ninguna de las que diga servirá para algo. Pero lo que sí es cierto, es que ha dado un respiro al Ministro de Cultura al meterse en esos berenjenales que no sabemos dónde acabarán. Patrimonio Nacional pone en marcha, por lo visto, una revisión de sus colecciones. Y, a pesar de que España, a diferencia de otros países europeos, nunca tuvo “colonias”, pues lo que tuvo fueron provincias e incluso virreinatos donde creó universidades con cátedras de lengua indígena. Creó bibliotecas, museos, hospitales, catedrales  e importantes ciudades que hoy son Patrimonio Mundial de la Humanidad.  En fin, el Ministro de Cultura no sabe lo que quiere, y eso es malo para un ministro, pero, sobre todo, es malo, muy malo, terriblemente malo para los ciudadanos de un país que tienen que aguantar insensateces de tal categoría. Muchos historiadores ya saben que el ministro Urtasun es un ignorante y que América nada tiene que ver con El Congo ni con ningunas otras cosas de ese estilo. El Ministro de Cultura también va a crear, o eso es lo que ha dicho, una Dirección General de Derechos Culturales, porque no se ha enterado tampoco que los derechos culturales de los españoles ya estaban amparados por nuestra Carta Magna. El ministro da puntadas sin hilo. Y eso nos preocupa a muchísimos españoles. Incluso a mí me preocupa que un ministrillo de tres al cuarto quiera crear, a estas alturas, nada menos que una dirección general para que yo pueda tener libertad de expresión. Porque ya la tenía antes de que él llegara.