La mirada de Ulisas

Las rutas y orillas que descubre en las profundidades del tiempo y del espacio

LA MIRADA DE ULISAS llega a Colombia, luego de una suculenta estadía en México. Puebla de los Ángeles la acogió con tanto amor que vale la pena destacar la experiencia vivida durante la feria del libro en dicha ciudad, ya reconocida por su belleza, sus esplendores y sus comidas donde el mole es rey. La mirada puesta en un espacio de mucha actividad intelectual con la presencia de autores. La feria FENALI nada tiene que envidiarle a las muy reconocidas. Deleitó a su público con conferencias magistrales, la presentación y exposición de libros que nos llevan a soñar con personajes, historias y lugares, que se estrenan gracias a la escritura de tantos hacedores de palabras. La poesía estuvo tan a la orden del día que plasmó sus encantos.

Y ahora mi mirada, la esta Ulisas tan rueda libre que su paso no ataja, se halla en Bogotá, capital de casi 8 millones de habitantes. Ciudad situada a dos mil seiscientos metros más cercana a las estrellas. Lugar ideal para el turismo y para recrearse con sus hermosos paisajes pletóricos de verdes de todos los tonos. Rodeada de montañas y con edificaciones de ladrillo a la vista que le dan un aire señorial. Es gigante e inspira respeto. Considerada otra metrópolis del mundo, donde la gente se halla a gusto gracias a la infinidad de propuestas que se le otorgan al visitante. Desde paseos a sitios tan emblemáticos como El Museo del Oro, célebre por su riqueza y su historia, La Candelaria con sus estampas coloniales que muestran la huella de España en todo momento, la modernidad de sus edificios y el calor y sabor de la arquitectura en muchas de sus construcciones, la cercanía de la Catedral de Sal de Zipaquirá, una reliquia universal. También se destaca la subida a Monserrate donde se divisa el amplio panorama de esta capital y por supuesto sus museos como el imperdible Museo de Botero. La lengua castiza goza de un acento neutro que pone en relieve su pureza. Bogotá es considerada la Atenas suramericana.

¡Y qué decir! de las zonas de esparcimiento que satisfacen al más exigente de los viajeros con sus restaurantes bien gourmets bajo el requerimiento del paladar más riguroso y la complacencia de las boutiques a la última moda en lujosos centros comerciales. Abarcan todo tipo de distracción y posibilidades de adquirir objetos que mente o ganas anhelen. Bogotá se ha convertido en una capital de gran seducción donde el turista se ubica a sus anchas y a sus sonrisas. Se da a la tarea de recomendar a Colombia como destino obligado de turismo gracias a sus innumerables atractivos.

Colombia, país de 52 millones de habitantes y de grandes variedades por contar con tres cordilleras y casi tres océanos, al ser el Río Amazonas otra corriente importante del mundo donde navegan sueños y decires. Su naturaleza es tan heterogénea que muestra el patrimonio de un territorio habitado por la diversidad y el exotismo. Considerado el tercer país más bello del mundo. Distinción que honra su devenir de región multicultural y de primores que nos dejan boquiabiertos como: Cartagena de Indias, la zona cafetera, San Agustín, Villa de Leyva, San Andrés y Providencia, Caño Cristales, Barichara y tantos rincones que la hacen digna de ser visitada y explorada. Colombia, que le debe su nombre al gran descubridor de América, Cristóbal Colón, abre sus brazos de par en par a aquellos seres que aman la Naturaleza y sus diversas manifestaciones, así como el anhelo de llegar a conocer la amabilidad del colombiano, quien se colma de dicha al recibir al visitante, considerado su hermano.  

Y mi mirada, la de esta Ulisas de varios ojos puestos en sus pisadas agradece la posibilidad de estar aquí y allá reportando el registro de sus pasos alados. Rutas y orillas que descubre a medida que viaja y se interna en las profundidades del tiempo y del espacio.