Son varias las ocasiones donde he experimentado como mi posicionamiento y expresión se han vuelto en mi contra, lo cual me resulta sorprendente, pero seguro que me hace aprender algo.
Podría ser más pasiva y evitar así más conflictos, aunque realmente no es mi estilo, ya que siento una necesidad innata de defender mis convicciones. A lo largo de mi trayectoria y concretamente en mis emprendimientos, he aprendido que las cosas no siempre salen como uno espera ya sea por causas naturales (cosas que pasan) o por la resistencia de algunas personas, a entender y aplicar la justicia.
A día de hoy quiero unos mínimos, y si alguien desea conectarse conmigo en LinkedIn y otras plataformas sociales no me conformo con una simple solicitud de amistad. Hay situaciones complejas de las que algunos son conocedores y exijo que demuestren ser conscientes. ¡No busco mendigar conexiones ni basar mi valía en ellas! En la vida hay que posicionarse y no todo vale.
Si resulta difícil para alguien consciente de estos asuntos, dedicarme unas palabras sinceras y reflexivas, esa persona no merece tenerme en su lista de contactos. Es importante rodearse de personas que valoren y respeten la honestidad, la integridad… incluso en las relaciones profesionales.
