Al hilo de las tablas

Marco Pérez

Frescura, inteligencia, elegancia, torería, temple, técnica, inteligencia, valor, recursos, gracia…eso es Marco Pérez. La madurez dentro del cuerpo de un adolescente, que ha arrancado su carrera como novillero con caballos, tras el debut a mediados del pasado octubre en la plaza francesa de Istres. No falta quien, contándose entre los más cercanos de su entorno, dejan constancia de sus muy significativas dotes, para cualquier tarea o deporte que emprende; así como una muy destacada capacidad académica e intelectual. Cosa, que, por otra parte, no ha de extrañar; ya que el toreo es, más que para listos, para inteligentes. Para personas que saben discernir y resolver todo aquello que se les pone por delante.  

La afición taurina, insaciable por naturaleza, ve en Marco Pérez un verdadero prodigio de futuro; a la vez que intenta no perderse la realidad que se está viviendo, en este presente luminoso, en el que Marco que está aportando el mejor componente, que puede acompañar al ser humano: la ilusión. 

Ilusión por lo vivido cada vez que sale un nuevo cartel, ilusión cuando  rompe el paseíllo y se tiene la suerte de estar disfrutando del festejo, ilusión al contemplar, con su facilidad, donosura y transmisión al público; que se abre de capote para dar artísticos lances y alborota el tendido, con alegría y desenfado. Ilusión viéndolo disfrutar muleta en mano, a la vez que maneja las embestidas y entra y sale en la jurisdicción del animal, como Pedro por su casa. Ilusión porque llegan noticias de que ha demostrado capacidad sobrante, para responder con solvencia a cada una de las oportunidades que le han dado. La puerta del príncipe de Sevilla y la Puerta grande de Las Ventas sirvan como botón de muestra que acredita lo dicho. 

La ilusión despertada por Marco, surge en la tauromaquia con décadas de por medio, entre un torero y otro. Y eso es un importante tanto a su favor. Los momentos de ilusión es preciso vivirlos y disfrutarlos en el aquí y ahora circunstancial de cada día, sin molestarse en adivinar pormenores futuros. Cómo se pudo disfrutar de él, el pasado sábado 24 de febrero en un festival repleto de consagrados matadores; viéndole salir en volandas, tras pasaportar un novillo con trapío y dificultades. 

Cómo estamos dispuestos e ilusionados ante esta temporada europea, que inaugura en Andújar el próximo 28 de febrero, para celebrar el día de Andalucía, donde cerrará cartel junto a Manuel Caballero y Manuel Román; con novillos charros de Garcigrande. Para continuar a los pocos días en la emblemática feria de Olivenza, en una novillada monstruo de ocho novillos, para cuatro matadores. Una temporada llena de contratos, en la que no ha de faltar el acontecimiento creativo, que sólo cabe cuando va la expectante ilusión de inseparable compañera. 

La temporada que ahora se le abre, llena de alicientes, no entra dentro de los límites de lo previsible, si no que alimenta en la afición lo que siempre ha de hacer un torero que se enfila al futuro: ganas de seguirlo, de pasarlo bien viéndole torear, de pasar por taquilla una y otra vez. Porque, como cada vez que lo anuncian, responde a toda oportunidad que se encuentra.  

Por eso, los aficionados que en este cuarto de luna, resistimos en la aventura, nos las podemos prometer felices ante un nuevo brote para la tauromaquia: Marco Pérez.

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