La Montaña Mágica

Cien años de ‘La vorágine’

“Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar, y me lo ganó la violencia”. 

Así comienza la novela La vorágine del escritor colombiano José Eustasio Rivera, que fue publicada hace cien años, por la Editorial Cromos de Bogotá. 

El autor, que había hecho parte de la Comisión oficial para delimitar la frontera con Venezuela, recorrió la región de la Orinoquía y el Amazonas. 

Allí, en el pulmón verde de América del sur, se encontró con una de las formas de explotación más crueles del ser humano: la explotación del caucho. 

La novela de Rivera narra el secuestro de Alicia, y la búsqueda de Arturo Cova por la selva colombiana. 

Allí, en la espesura verde, húmeda y tropical, Cova descubre el escenario dantesco que viven los indios por parte de las compañías, como la Casa Arana, que afligen la naturaleza a más no poder, y convierten a las poblaciones indígenas a vivir en un régimen de esclavitud y salvajismo. 

En 1899, el escritor polaco nacionalizado en Inglaterra, Joseph Conrad, había publicado la novela El corazón de las tinieblas, que narra los vejámenes hechos por el imperio belga en el Congo, con la explotación del marfil (que proviene de los elefantes), y la explotación del negro africano. 

La novela de Conrad se constituye en la novela pionera que describe los desmanes del colonialismo en África. 

Un cuarto de siglo después, el autor colombiano contará la historia del colonialismo tardío en el continente americano. 

La visión que tiene Rivera sobre la selva, es oscura, ominosa. La selva es el lugar o topos del ‘espectáculo salvaje’, que se inició con las conquistas del siglo XVI, hechas a sangre y fuego. 

Ante la amenaza del calentamiento global, los gobiernos de Colombia y Brasil, así como las organizaciones defensoras del medio ambiente, están impulsando la protección de la selva amazónica. 

De la explotación del caucho, se pasó a la explotación de la hoja de coca con fines narcóticos, la explotación minera, y la tala de árboles. 

Ante la amenaza del calentamiento mundial, se trata de cambiar la visión negativa de la selva, y proteger el Amazonas, como uno de los pulmones que aún nos quedan en el planeta. 

Desde siglos atrás, la mano predadora del ser humano ha convertido a la selva en “tierra baldía”, parafraseando al poeta T.S. Eliot. 

Se trata de que los países del mundo se unan en la tarea estratégica de proteger la selva amazónica para así garantizar un equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. 

De lo contrario, la visión oscura y ominosa terminará engulliéndonos literalmente, como le sucedió a Arturo Cova, hace cien años, el protagonista de La vorágine

Nota bene: Como un homenaje al centenario de La vorágine, el Grupo Editorial Sial Pigmalión, que dirige Basilio Rodríguez Cañada, ha sacado una bella edición, disponible en España, Colombia, México y Venezuela. 

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