El Jardín del Edén

Aún Barbate

Uno de los problemas que me ocurre, y posiblemente no sea el único, es que me resulta imposible valorar tantos sucesos de actualidad separando el grano de la paja, salvo cuando hago el esfuerzo consciente de seleccionar un suceso concreto y reflexionar detenidamente sobre él. Así que aunque los titulares ya hayan sido ocupados por otras noticias como los Koldos, Ábalos, Tractores, Valencias, y otras muchas, les propongo una reflexión sobre algo que ya está casi desvanecido de nuestra memoria: los (presuntos) asesinatos de los guardias civiles de Barbate.

Desde que les propuse una primera reflexión sobre este terrible suceso, han ocurrido dos novedades que deben reseñarse: La primera que Junts, ERC, Bildu y Podemos decidieron no asistir al minuto de silencio observado por el Congreso en señal de luto por los guardias civiles muertos en Barbate. No es que me sorprenda demasiado dada la catadura moral de estos sujetos, pero aquí el problema no son ellos en sí mismos, sino el que tengan en sus manos al Gobierno de España, como socios estratégicos y votantes imprescindibles cuando se requieren mayorías parlamentarias. ¿Qué más precio se puede pagar por mantener una legislatura, que el de entregar la sangre de nuestros servidores públicos a los que la pisotean?

La segunda es que el (presunto) Director General de la Guardia Civil ha declarado, entre otras cosas, que “el operativo fue correcto”, que “se utilizaron los medios adecuados”, mientras que lo que no esperaban era la “actitud de matar”. Si lo pensamos, estas declaraciones tienen varias consecuencias legales implícitas, entre ellas que la cadena de mando asume la responsabilidad política del operativo, mientras que simultáneamente descarta ningún tipo de negligencia tanto en la dotación de medios como en su ejecutoria, situando fuera de una investigación judicial cualquier responsabilidad civil o penal interna del Ministerio del Interior, ya que las responsabilidades políticas se dirimen en el Parlamento y no en los Juzgados.

Pero si lo pensamos un poco más, la clave de la “corrección” del operativo, es que el mando policial no anticipaba “actitud de matar” en los narcos. Si la dirección de la Guardia Civil no prevé que unos traficantes de droga puedan resistirse y tener “actitud de matar”, entonces ¿para qué necesitamos cuerpos y fuerzas de seguridad con medios letales?, y sino ¿para que se envían antidisturbios fuertemente pertrechados a reprimir violentamente a unos agricultores hartos del abandono oficial, o a ciudadanos que exigen de sus gobernantes un poco de por favor…?

Pero también habría otra lectura, y es que el mando no “anticipase” esa actitud si existiera algún tipo de “comprensión” hacia el narcotráfico en la zona del Estrecho, y esperasen que los narcos fueran conscientes que una reacción excesiva suya haría saltar el tema a la opinión pública, como así ha sido, y por tanto se cuidasen de crear una situación violenta, en su propio interés.

Si esto fuera correcto, habría fallado el cálculo al confirmar los narcos que el estado español no les da miedo. El problema que seguiría es que si con este jaque al Estado se hace como que no pasa nada, estaríamos permitiendo que los traficantes actúen aún más impunemente. Ese escenario no tendría nada de feliz, ya que sustituiríamos a un inane Estado de Derecho por un violento Estado del Terror, dominado por matones, sicarios y tramas opacas de corrupción.

Así pues, Barbate no va de derechas o izquierdas, va de derechos, libertades y dignidad.

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