Coche eléctrico

El sector del automóvil eléctrico está en plena ebullición

Así está la guerra del coche eléctrico: Tesla se hunde en bolsa, Xiaomi arrasa en ventas y Europa busca proteger a la industria con prohibiciones.
Un coche eléctrico carga su batería en un aparcamiento - Foto de 123FR/Nemesio Jiménez
photo_camera Un coche eléctrico carga su batería en un aparcamiento - Foto de 123FR/Nemesio Jiménez

En las últimas semanas un carrusel de noticias que implican al sector de los vehículos eléctricos ha inundado los medios de comunicación. Desde el desplome de Tesla en bolsa, hasta la llegada de un coche fabricado por la empresa Xiaomi, mucho más barato que sus homólogos europeos y americanos. Por no mencionar las intenciones de Europa para frenar la llegada de las marcas chinas y proteger a la industria del Viejo Continente. Por eso, es necesario pararse a ver las claves en esta guerra del coche eléctrico.

Las claves de la guerra del coche eléctrico

China y sus vehículos más baratos

De acuerdo con un informe de Jato Dynamics, el precio promedio de los coches eléctricos en Europa durante la primera mitad de 2023 fue de 66.864 euros, más del doble que los 31.165 euros en China, y se encuentra en un rango similar al promedio en los EE. UU. (68.023 euros).

Ante esta gran diferencia en los precios, la cuota de mercado de los vehículos asiáticos chinos en Europa ha pasado del 8% al previsible 15% en 2025. La razón, como es lógico, tiene que ver con el precio de venta de cada coche.

Es más, en los últimos días, Xiaomi ha presentado su modelo SU7, muy similar en diseño de los Tesla, y con una autonomía de 800 kilómetros. Pero, lo más llamativo es su precio, ya que se puede comprar por poco más de 25.000 euros, frente a los más de 40.000 euros del Tesla Model 3 – el más barato de la firma –. Aunque, en Europa, el precio final podría ser más elevado debido a los aranceles que pagaría Xiaomi.

Europa enfrentada a China

Cuando un competidor saca al mercado un producto más barato, el resto se ve obligado a mejorar sus procesos de producción para mejorar sus costes y no perder cuota de mercado. Sin embargo, en el caso de los coches chinos, Europa cree que existe una competencia desleal. Es decir, que no han conseguir abaratar el precio de los vehículos por mejorar los procesos de producción o utilizar materiales más baratos, sino debido a la inyección de dinero público.

De acuerdo con la consultora AlixPartners, los subsidios estatales chinos para vehículos eléctricos e híbridos alcanzaron los 57.000 millones de dólares (equivalente a 52.300 millones de euros según el tipo de cambio actual) entre los años 2016 y 2022. Ahora bien, en 2022 cesaron las ayudas estatales, pero algunos gobiernos regionales han seguido subvencionado el sector.

Por estos motivos, Europa ha iniciado un proceso de investigación para tratar de poner medidas que protejan a su industria. Básicamente, la Comisión Europea evaluará durante el próximo año si suben o no los aranceles a las importaciones de coches eléctricos chinos, que actualmente son del 10%. Algo que no ha gustado a la Cámara de Comercio de China, que ha pedido a Europa que reconsidere esta situación.

Sin embargo, en un mundo globalizado como el actual, iniciar una guerra comercial por los vehículos eléctricos podría ser contraproducente para Europa. y es que, no solo puede suponer un problema para las empresas europeas que fabrican en China. Sino que compañías chinas como CATL, que está abriendo numerosas plantas de fabricación de baterías en Europa, podría marcharse del territorio europeo.

Tesla se desploma en bolsa

El tercero en discordia en esta guerra es Tesla. La compañía americana es el gran buque insignia del coche eléctrico a nivel mundial. De hecho, en 2021 deslumbró con sus resultados empresariales y llevó a la empresa a tener una capitalización de mercado superior al billón de dólares. Mientras que ahora, su valor es casi la mitad, 541.000 millones.

Aun así, el valor de mercado de Tesla es 55 veces mayor que sus ganancias descontadas en los últimos 12 meses, lo que la hace significativamente más cara que el sector automotriz mundial, que se cotiza a sólo 12 veces sus ganancias. Es decir, que todavía tendría margen de caída.

Con todo esto sobre la mesa, el otro problema añadido tiene que ver con las dudas con respecto al coche eléctrico. Según un estudio de la empresa Monta, el 54% de los propietarios de un vehículo eléctrico se arrepiente de su compra. Mientras que, según el Estudio sobre la Transición Energética, el 50,3% de los españoles no quiere comprarse un bólido con motor eléctrico. 

El último de los problemas a los que la industria podría enfrentarse es a la llegada del coche de hidrógeno. Aunque su oferta es todavía muy reducida, en España solo se venden el Toyota Mirai y el Hyundai Nexo, y su precio parte de los 65.000 y los 73.450 euros, su desarrollo está en ciernes y podría suponer un nuevo hándicap que llevase a la industria a tener que replantearse el futuro. De hecho, en Estados Unidos, empresas como Hertz, de alquiler de coches, ha dejado de adquirir este tipo de coches y ha cambiado 20.000 eléctricos por gasolina.

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