Anécdotas literarias de Madrid

Posos del tiempo y de la Villa

La villa de Madrid siempre ha dado para mucho, porque allí tuvieron lugar cientos de anécdotas que hoy forman parte de la intrahistoria de la literatura y de muchas de las cosas que les sucedieron a los escritores que vivieron con plenitud y participaron también con plenitud en la capital de España. Don Jacinto Benavente fue uno de ellos.

Se cuenta que este autor español, que llegó a ser Premio Nobel de Literatura, era célebre por su ingenio y sus rápidas respuestas ante cualquier circunstancia que le surgiese de modo inesperado, porque era muy ágil respondiendo, sobre todo ante aquellos que pretendían molestar.

Había sido el inventor de lo que vino a llamarse el teatro burgués que tanto gustó al público de su tiempo y que consiguió volver a llenar los teatros a los que el público había dejado de asistir. Fue un autor que innovó el universo de la escena a través de unas obras ágiles y muy relacionadas con lo que sucedía en su tiempo. Y así, en los años veinte del siglo pasado a través de don Jacinto y de otros autores llegan a España las nuevas corrientes europeas en las que la farsa y los sarcasmos fueron la referencia. Su obra “Los intereses creados” se representa en una comedia estructurada en tres actos, que analiza la actitud del ser humano ante unos intereses creados desde la premeditación. La ambición es el eje vertebrador en una comedia que reflexiona sobre los valores de la burguesía y donde el dinero es lo primordial. Es una reflexión sobre la riqueza y la pobreza.   

Don Jacinto Benavente fue acosado en más de una ocasión incluso por escritores de su tiempo. Se cuenta que el periodista y escritor José María Carretero Novillo que solía firmar en La Esfera con el seudónimo de El caballero audaz, se lo encontró de frente en una calle y al llegar a su altura y sin bajarse de la acera, mirándole le dijo:” yo no cedo la acera a los maricones” a lo que Jacinto Benavente, bajándose previamente de la acera. Le respondió. “Yo sí”. 

Dicen que esta anécdota, sea cierta o no, solía contarla a los amigos Fernando Fernán Gómez.

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