Opinión

Rescatando el legado de la primera república: Pi i Margall y el federalismo plurinacional

En este nuevo ciclo político que se abre la cuestión territorial será clave para la gobernabilidad de nuestra nación. Es por eso, y sin la voluntad de cerrar de una vez y para siempre jamás el debate, que creo que es interesante recuperar un autor, Pi i Margall, y una tradición la del federalismo plurinacional que bien podría dar algo de luz en el clásico debate centralismo-independentismo, mostrando una tercera vía más pacífica, inclusiva y plural, y que una y divida menos nuestra nación: la tradición del federalismo español plurinacional. 

En este sentido defendemos que la historiografía, la academia y la izquierda española no recuerda con suficientemente habito el legado de la primera república. Esto mostrara como todo un error, pues este, fue uno de los experimentos políticos pioneros en la Europa de su tiempo, y dejo una experiencias, unos líderes y un pensamientos que aún deberían ser estudiados y aprendidos. Nos dice Faustino Zapico, en su artículo del Salto (Zapico, Él Salto, 202) que si “¿No es reivindicable  que en 1868 se instaurara en España el voto universal masculino cuando no había en ese momento ninguno otro estado en Europa (exceptuando Suiza) donde tal cosa existiera? ¿No es  reivindicable que la constitución de 1869, nacida de las elecciones de enero diera año, fuera a más avanzada del continente en ese momento? ¿No es llamativo que en febrero de 1873 se proclamara la república, única en el continente exceptuando la suiza y la sanmarinense,  cuando en Francia, derribado ya el régimen  bonapartista, tardarían años en hacerlo?” En definitiva, debemos seguir analizando estos acontecimientos y reivindicarlos como parte de un legado progresista, republicano y federalista

En nuestro caso los interesan la figura de Pi i Margall, en especial, su idea de nación, como precursora teórica de nociones que ahora son de actualidad en los estudios políticos sobre las naciones. Una idea basada sobre la naturaleza compleja y plural de los entes nacionales, como entes conformados por unas matrices complejas de individuos, municipios, provincias y regiones autónomas, pero también como naciones plurales en las que pueden habitar otras naciones plurales estas también, en la que los habitantes conviven  en la diversidad y no en un todo homogéneo, en definitiva, una realidad heterogénea que en no se agota en el organicismo y monismo de otras ideas de nación; una concepción política, constructiva, de la nación, como ente mudable por el hacer voluntarista de los sujetos y entidades que la conforman, y que la replantean día a día; un concepto que rompe, en el desenrollo del primero libro de las nacionalidades, con la idea del principio de las nacionalidades, o la idea de que estas se pueden unir, mediante la fuerza o no, sobre la base de un supuestos criterios prepoliticos, como son la etnia, la raza, la historia, la lengua... Por el contrario Pi propone un principio federal de unidad por el pacto y el respeto de la autonomía, la libertad y la independencia de cada unos de los entes que conforman las naciones. (Máiz,2018) (Pi i Margall,2009). 

Todo esto se articulará en su perspectiva de cómo articular la nación española: como una nación compuesta por provincias que antes fueron naciones, que desean conservar su autonomía, y unirse, en todo caso, por el pacto democrático y federal.

Veamos a continuación cada uno de estos elementos; veamos como Pi fue desenrollando su teoría de la nación

A lo largo del primero libro de las Nacionalidades, Pi realiza todo un estudio sobre los diferentes criterios que se están utilizando como base xustificatoria del principio de las nacionalidades (una nación, un estado, y vicersa, a causa de una única lengua, raza, historia...), el principio en torno lo que se unificaban las naciones en la Europa de su momento: la raza, la lengua, la etnia... Así Pi concluye (Pi i Margall,2009:85): “busco el motivo de la fusión en una de las naciones que las componían, y no se encontrarle racional ni legítimo”. Es decir, que por mucho que investigue estos criterios -y Pi lo hace el largo de todo el primer libro, con numerosos casos de naciones comparadas- no encuentra que ni bajo la lengua, una historia, una cultura o raza común, hay, algo así como un principio que obligue a unificar las naciones. Pi recurre todo el libro demostrando como es la violencia y las ansias de unitarismo y despotismo lo que la llevado a unir diversas naciones, las veces con la excusa de reunir en ella toda una historia conjunta, las otras, los hablantes, las otras, los miembros de una misma raza, pero siempre amenazando la autonomía y la pluralidad de las regiones o provincias que uno la dice fueron naciones.

Desde la concepción de nación que nos muestra Pi, la nación no sería una realidad orgánica ni social dada de antemano, sino que además de ser un conjunto heterogéneo de elementos provenientes del social, esta, tiene un carácter enteramente político, voluntarista; en el que la nación entendiera como un proceso histórico que muda en el tiempo por la acción de sus actores (Máiz, 2018:349). El largo de todo el libro de las nacionalidades Pi muestra como no hay una esencia, ni histórica, ni lingüística, ni racial, que lleve la nación a constituirse como una entidad continua en el tiempo, si no que estas, las naciones, se hacen y se deshacen, se unen y desúnense, a causa de complejos hacer, ya sea a causa del pacto, de la violencia, o de cualquier otra acción política. Así señala Máiz (2018:351), hay en Pi: un concepto no nacionalista de nación, esto es un concepto que articula íntimamente la dimensión histórica-cultural con la dimensión democrática voluntarista, de la consideración de las naciones no solo como hechos sino como procesos de construcción política sobre una base cultural”. Así el siguiente pasaje de las nacionalidades los muestran esto (Pi i Margall,2009:101): “decir ahora las agregaciones y disgregaciones que esos estados sufrieron en el siglo x hasta nuestros dias, los que desaparecieron y los que de nuevo se crearon, las diversas formas que tuvieron (...)”

Continuando con los rasgos que caracterizan las naciones en Pi, podríamos decir, que para la teoría de Pi y esencial tanto el pacto como la autonomía. En este sentido, la autonomía del individuo primero, y de después, de todos los entes colectivos que forman las naciones, familia, pueblo, región, provincia, nación, son el elemento base de su concepción de la política. Todos estos conforman una matriz compleja, plural y policentrica (Máiz, 2018:327) en la que, federalismo mediante, las unidades más bajas forman las superiores, mediante lo pacto; el pacto entre individuos forma las familias; el pacto entre familias forma el pueblo; el pacto de pueblos a región... Esto ilustrara perfectamente en el siguiente pasaje (Pi i Margall:321): “la federación supone por lo tanto necesariamente igual y perfecta autonomía en los pueblos para constituir las provincias; igual y perfecta autonomía en las provincias para constituir naciones…”

En este breve artículo realizamos una radiografia teorica de la idea de nación de Pi i Margall. Una idea basada sobre la naturaleza compleja y plural de las naciones, como entes conformados por unas matrices complejas de individuos, municipios, provincias y regiones autónomas, pero también como naciones plurales en las que pueden habitar otras naciones plurales estas también, en la que los habitantes conviven  en la diversidad y no nudo homogéneo, en definitiva, una realidad heterogénea que no se agota en el organicismo y monismo de otras ideas de nación; una concepción política, constructiva, de la nación, como ente mudable por el hacer voluntarista de los sujetos y entidades que la conforman, y que la replantean día a día; un concepto que rompe, en el desenrollo del primero libro de las nacionalidades, con la idea del principio de las nacionalidades, o la idea de que estas se pueden unir, mediante la fuerza o no, sobre la base de un supuestos criterios prepoliticos, como son la etnia, la raza, la historia, la lengua... Por el contrario Pi propone un principio federal de unidad por el pacto y el respeto de la autonomía, la libertad y la independencia de cada uno de los entes que conforman las naciones. (Máiz,2018) (Pi i Margall,2009).

Bibilografia

Máiz, R., 2019. Nacionalismo y federalismo. Madrid: Siglo XXI de España Editores, S.A.

Pí y Margall, F., 2009. Lanas nacionalidades. Akal.