Con el ancho de sus partidos congregado en dos cónclaves nacionales en La Coruña (PSOE) y Orense (PP), ambos entraron de lleno en la precampaña electoral con el objetivo de movilizar al máximo sus respectivos electorados, aunque con estrategias y prioridades distintas.
En las filas socialistas anhelan "nacionalizar" la campaña de manera que se convierta en un duelo entre PP y PSOE, lo que dejaría fuera de juego al BNG, actual segunda fuerza en el parlamento regional.
Para ello, el presidente del Gobierno estará, "como siempre" en las campañas autonómicas, por el territorio cada fin de semana antes y en campaña oficial para arropar a Besteiro.
60% DE MOVILIZACIÓN
De hecho, visitará las cuatro provincias gallegas tanto en precampaña como en la campaña que arranca formalmente el 2 de febrero el con el objetivo de animar a los propios socialistas a recuperar ese voto de izquierdas que en las pasadas autonómicas se fue al BNG y ser, al menos, “capaces de retener” los resultados del 23-J, donde quedaron como segunda fuerza.
El PSOE ansía movilizar al electorado como en las elecciones generales porque considera que así podrían aspirar al "cambio" político en Galicia. De hecho, creen que, si superan el 60%, a los populares se les complicará revalidar la Presidencia de la Xunta. No obstante, en las filas socialistas reconocen que lo tienen difícil porque "no hay pulsión de cambio" y, sin eso, es difícil tener opciones.
Los socialistas admiten de este modo que las cosas están "difíciles pero no imposibles" y ponen el foco en la fuerza de su candidato al tiempo que ven "nerviosismo" en el PP porque creen que estas elecciones son un punto de partido para el PP, especialmente para Feijóo, y de ahí que se vean en el PSOE con menos presión ante el 18-F.
PP, CAUTELA ANTE LAS ENCUESTAS
El PP comparte el diagnóstico de los socialistas. No obstante, Feijóo llamó este domingo a su partido a la prudencia y advirtió de que la mayoría absoluta que las encuestas dan para Alfonso Rueda se puede “por un puñado de votos”. Apuntó a lo que ocurrió en las últimas elecciones generales o en las autonómicas de 2005, cuando Manuel Fraga perdió la Xunta por un escaño.
Tanto en Génova como en San Caetano consideran que en estos momentos la única vía que la izquierda tiene para gobernar es que el votante del PP se quede en casa. Por ello, al igual que el PSOE, aspira a movilizar al máximo su electorado. “No dar un voto por perdido”, encomendó Feijóo este domingo a su partido.
Con ello, el PP prepara una campaña muy gallega para asociar al PSOE con el nacionalismo –y buscar el voto de socialistas reacios al BNG– en la que los temas nacionales, como los pactos de PSOE y Junts, se enfoquen desde un punto de vista social. Por ejemplo, de cómo la condonación de deuda a Cataluña afectará negativamente a los intereses de los gallegos.
Feijóo será protagonista en la campaña electoral, aunque todavía no se conoce en qué medida participará. Él mismo ha apuntado a la posibilidad de jugar el rol que Mariano Rajoy desempeñó cuando él se presentó a sus primeras elecciones autonómicas en 2009. Entonces, el expresidente del Gobierno se volcó con su propia caravana y recorrió múltiples pueblos de Galicia. Todavía no hay nada cerrado.
