Así es la vida

¿Quién es María Cristina Garrido Rodríguez?

A más de ser poeta y escritora, María Cristina Garrido es activista cubana, nacida en 1982 en Quivicán, provincia de Mayabeque Vé, injustamente encarcelada por el régimen castrista, acusada de liderar las protestas del 11 de julio 2021 junto a su hermana Angélica, y Lizandra Góngora, entre otras mujeres también privadas de libertad.

Publicada en 2003, en una Antología de poetas de su localidad, fue ganadora del Primer Premio Nacional en el concurso Tabacalero Carlos Baliño 2008, para posteriormente ser incluida en la Antología Marejada en una colección de poemas de Edición Ilíada, junto a autores nóveles y también consumados. Sin embargo, su obra Examen de Tiempo, comentada en noviembre 2023 por Rafaell Vilches Proenza y publicada por Edición Ilíada, seguida de su obra Dos Ríos, encierra poemas paridos antes y durante su cautiverio, mientras que su poemario Voz Cautiva contiene la totalidad de su creación en reclusión, destacándose ÁRBOL INVERTIDO, un testimonio en versos de sus vivencias en el presidio político de Cuba; uno de los pocos volúmenes de poesía escrito desde el presidio político en la isla. Sus versos revelan las violaciones, golpizas, confinamientos en celdas de castigo y el sentimiento de impotencia ante la injusticia y atropellos a los Derechos Humanos junto a pérdidas familiares irreparables.

Antes de suscitarse las protestas del once de julio 2021 Ma. Cristina Garrido formaba parte de la Red Femenina de Cuba apoyando el protagonismo femenino en diferentes espacios, era parte de la Fundación Vuelta Abajo por Cuba; también integraba el Partido republicano de Cuba y era miembro muy activo de FLAMUR (Federación Latina de Mujeres Rurales) por tanto, ya estaba “fichada” por los servicios de inteligencia del régimen cubano como elemento subversivo y peligroso y considerada una “amenaza”, una voz que debía ser acallada cuanto antes.

Entre sus muchas denuncias, caló hondo cuando sacó a luz el caso de un niño que no tenía zapatos para ir a su escuela en Pinar del Río; este episodio, previo al 11 de julio, significó la gota que rebasó el vaso y fue considerado una provocación para las autoridades locales, seguido de protestas frente al Ministerio de Cultura y la huelga de hambre del Movimiento San Isidro. Las acusaciones y hostigamiento a la poeta recibieron esta respuesta: “Por cada difamación que me hagan, publicaré diez casos más de personas en situación de pobreza en Cuba”. Para interiorizarse en su protagonismo político, es menester revisar titulares de prensa de la época previa al hecho que originó su persecución política y detención junto a su hermana Angélica y la también activista Lizandra Góngora. Presa y acusada de liderar las protestas del 11 de julio, Ma. Cristina enfrentó un juicio basado en falsos testimonios de agentes policiales y de testigos coaccionados que, luego de la golpiza que casi acaba con su vida, le dieron una sentencia de siete años de cárcel.

Esta situación no le impide alzar la voz desde su cautiverio; enfrentando castigos y golpizas denuncia los abusos y violaciones a los derechos humanos en la cárcel de Guatao, sufriendo, como consecuencia, huelgas de hambre forzadas en las celdas de castigo. A pesar de haber perdido a sus dos padres en estos más de dos años de cautiverio, de no compartir con su esposo y no ver crecer a sus tres niños. María Cristina Garrido continúa luchando bajo la premisa LIBERTAD DE PATRIA Y VIDA.

La destrucción y robo de sus obras tras su arresto no evitó que su producción literaria desaparezca; por el contrario, sus obras se convirtieron en testimonios conmovedores de su sobrevivencia en el presidio político de la isla. Con los textos que se salvaron del exterminio por parte de las autoridades castristas, el escritor Manuel L. Mérida conformó el libro titulado EXÁMEN DEL TIEMPO, una antología de poemas y versos antes y durante su cautiverio, convirtiendo a la autora en un referente, además de un peligro mayor para el régimen castrista, fortalecida por su convicción, ideas y condición de mujer sensible y de inquebrantable fortaleza, aún y a pesar de que la tortura, tanto física como sicológica, no conoce límites para sus verdugos.

Desde la cárcel de Guatao, estas tres mujeres políticas, unidas por un mismo ideal de lucha en defensa de los derechos de la mujer, la libertad de expresión y respeto a los Derechos Humanos no se rinden, no dan tregua ni flaquean en su determinación. Setenta y cuatro mujeres fueron encarceladas arbitrariamente por protestar el 11 de julio ejerciendo su derecho a la manifestación. 

Después de cumplir sus siete años de sentencia, con seguridad que María Cristina Garrido, quien entró a su celda teniendo padres, esposo y tres hijos, saldrá físicamente disminuida, pero con la frente en alto y su convicción inquebrantada. Aún después de haber sufrido torturas y vejaciones y perdido parte de su familia se hará sentir enarbolando como arma libertadora su poesía y gritando a todo pulmón: LIBERTAD DE PATRIA Y VIDA.