Símbolos sin tiempo

Nos han vendido

Son palabras pronunciadas con acierto por el alcalde de Madrid. José Luis Martínez Almeida lo ha dicho alto y claro. El Gobierno de España ha cambiado a los alemanes la Sede Europea Antiblanqueo (AMLA) que se irá para Fráncfort a cambio de un plato de lentejas. Ese plato de lentejas se llama Calviño. El Gobierno de España ha votado de modo vergonzante. Ha votado por Fráncfort y NO ha votado por Madrid. Es simplemente vergonzoso. España votó que la capital de España NO fuese la sede del AMLA. Sí, como suena, así de rotundo y radical ha sido el ejecutivo presidido por Sánchez. Es impropio, es absolutamente impresentable que nuestro propio gobierno tire piedras sobre el tejado español y de preferencia para que una ciudad alemana detente la presidencia de una de las grandes instituciones europeas. Para que Madrid no gane influencias en el panorama europeo e internacional. Escuece que Madrid no esté gobernada por la ultraizquierda radical que gobierna en España. Todo ello a cambio de que la exministra Calviño se sitúe como presidenta del Banco Europeo de Inversiones ganando, libres de impuestos, más de trescientos mil euros anuales. El Gobierno de España ha perdido el Norte y el Alcalde Almeida se queja con razón, alza la voz para que los madrileños sepamos cómo se las gasta nuestro ejecutivo cuando, en vez de defender a España, defiende sus propios intereses coyunturales y raquíticos, como que una afiliada a su partido, al Partido Socialista Obrero Español sea la moneda de cambio. El Gobierno de España no hace nada, absolutamente nada, para que los españoles salgamos de ese atolladero en el que estamos sumidos y este es un nuevo ejemplo que agrava la triste situación. Hubieran sido en torno a 500 funcionarios más en la capital de España y que ello supone, pero Sánchez, el fallido presidente del gobierno de España ha preferido un puesto de excepción para su amiga Calviño. El Gobierno de Sánchez debería haber votado por Madrid, pero no lo hizo. Ya estaba vendido  de antemano porque los acuerdos para que la ex vicepresidenta ocupase su lucroso puesto ya  habían puesto de antemano los puntos sobre las íes. España está de luto porque el gobierno moribundo y nauseabundo que debería de representarnos nos ha vuelto a vender. Nos ha cambiado por un humilde plato de lentejas que se llama Calviño. Martínez Almeida lo ha dicho con mucha claridad. Hemos sido víctimas de una vomitiva y repugnante estafa que no tiene parangón

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