Cruce de ideas

Jornadas escolares improductivas

Con la vuelta al cole, surgen de nuevo las preguntas acerca de la viabilidad del horario escolar, sobre todo cuando llega el momento de la conciliación. Sin embargo, como sociedad deberíamos pararnos a pensar más en las generaciones futuras, efectivamente, en los niños que acuden de nuevo a los colegios e institutos y no solo observar la sociedad desde nuestra perspectiva adulta. ¿Cuán efectivo es el sistema educativo actual? Si nos fijamos únicamente en la cantidad de horas que pasan sentados atendiendo a las lecciones y realizando tareas, podríamos caer en el sesgo de que el sistema funciona bien: cuantas más horas, más aprenden, por lo tanto, tienen que rendir más.

No obstante, ocurre todo lo contrario. Presentando España aproximadamente un 20% más de horas escolares que el resto de los países de la Unión Europea, se encuentra por debajo de la media del último informe PISA; dicho informe consiste en evaluar el rendimiento de alumnos de 15 años y se lleva a cabo bajo la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

Y es que los alumnos españoles de secundaria no solo pasan más horas en clase, sino que lo hacen en un horario más extenso que el resto de sus vecinos europeos y con unos descansos que se antojan bastante escasos. Si nos basamos en la evidencia científica, la atención sostenida comienza a decaer trágicamente a partir de los 30 minutos aproximadamente, requiriendo descansos de entre 10 y 15 minutos para poder retomarla en su plenitud, y sin embargo, los colegios presentan una modalidad de horario continuo de 8 h o 9 h de la mañana hasta las 14 h o 15 h, con apenas uno (o con suerte) dos descansos a lo largo de toda la jornada escolar. 

Quizá resultaría interesante modificar la jornada escolar, fomentando un horario más flexible, con mayor tiempo de descanso entre las clases y erigiéndose como posibilidad una jornada escolar partida, que fomente las actividades extraescolares en los propios centros educativos para que se posicionen a vista de los propios alumnos como un centro de ocio, además de educacional, y no solo como aulas donde pasar grandes espacios de tiempo sentados y haciendo tareas laboriosas. Por supuesto, este nuevo horario eliminaría los “deberes para casa”, pues daría tiempo a cumplir todos los objetivos escolares dentro de su propio horario.

La persona que está leyendo esto puede pensar que se trata de una lejana utopía, pero bastará solo con fijarse en las modificaciones que se están llevando a cabo en las jornadas laborales. Alemania se une a Escocia, Portugal y a la propia España en experimentar con una nueva jornada de cuatro días laborales. Concretamente siguiendo el método 100-80-100, el cual consiste en conservar el 100% del salario, reducir la jornada laboral al 80% y mantener la productividad al 100%. Jornada reducida que, en países como Bélgica se lleva a cabo repartiendo las horas del día libre entre los cuatro días laborales. Como vemos, hay diversas formas de reducir la jornada laboral, y conservar la productividad o incluso mejorarla. Entonces, si se puede llevar un estilo de vida más cómodo en la etapa adulta, ¿por qué aumentamos la jornada escolar a los estudiantes de secundaria?

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