Símbolos sin tiempo

Gobierno agonizante

Adolfo Alonso Ares
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El Gobierno de España ha perdido el norte hace tiempo, pero ayer en el Congreso de los Diputados perdió el sur, el este y el oeste; porque ni el Presidente del Gobierno ni ninguno de sus numerosísimos ministros fueron capaces de darse cuenta de que Berganza en el “Coloquio de los Perros” de don Miguel de Cervantes ya se había atrevido a decir con mucha contundencia que “la ambición generosa es la ambición que ofrecen las personas que pretenden mejorar su estado sin perjuicio de tercero” y respondió Cipión que “pocas o ninguna vez se cumple con una ambición que no sea con daño de tercero”… y parece ser que desde el PSOE no lo habían entendido o, simplemente, no estaban informados; porque ayer pretendieron aprobar la Ley de Amnistía simulando que la aprobaban. O sea, perjudicando y engatusando a Carles Puigdemont y a los diputados que lo representan en el Parlamento de España, que aunque no desean ser españoles, lo son y están perdiendo el tiempo, porque seguirán siendo españoles hasta el fin de sus días… El Gobierno de España pretendía aprobar una Ley de Amnistía que, simplemente, cubriese el expediente; ya que así serían triunfadores burlando a los de Junts que, por lo que hemos visto, ayer no se dejaron engañar. Por esa razón pudimos ser testigos de cómo el presidente del gobierno pedro sánchez  - hoy también voy a escribir su nombre con minúsculas por razones de peso - salió por la gatera. Por esa gatera inmunda por la que suelen salir los perdedores cuando no tienen talante suficiente para saber que han perdido y asumir la derrota con notable elegancia. Sentí vergüenza ajena al ver al presidente del gobierno de mi país cabizbajo y mohíno por temor a que los de Junts impidan que el gobierno continúe… Y vi también cómo el ministro de justicia se explicaba y se explicaba con cierta pesadumbre y cobardía, y cómo pedía a los que votaron en contra de esa Ley de Amnistía “madurez democrática” mientras movía la cabeza como debió moverla Gerundio de Campazas, ya que el Padre Isla – autor de la novela - aseguró que la movía como “veleta de campanario” mientras ofrecía, sin causa ni razón, intrincadas respuestas… y se hacía a sí mismo preguntas atragantadas.

La política también atraganta el mundo de los que solamente piensan en gobernar y nada más que en gobernar. De los que no creen en la separación de poderes, ni en el Estado de Derecho, ni en la simple y deseable democracia; de los que ya han anunciado que van a crear una secretaría de estado para que defienda mis derechos culturales y mi libertad de expresión; y de todos aquellos que hablan mal de los jueces en el Congreso de los Diputados para desacreditar la justicia, y de los representantes de un gobierno que ante tales dislates nunca cuestiona nada. La política atraganta a los que se aprovechan de la política para enriquecerse y a los que gobiernan para unos pocos y no lo hacen para el conjunto de la población.    

Y hoy haciendo una muy sutil adivinanza, les diré a los ministros del gobierno que no den tanta rienda a sus cavilaciones, porque van a seguir gobernando y cobrando sus sueldos como si fueran ministros, como si ejercieran, ciertamente, de ministros; porque Carles Puigdemont terminará saliéndose con la suya y el gobierno que preside pedro sánchez, no tendrá más remedio que proponer una Ley de Amnistía que dé gusto a ese individuo cobarde que huyó de la justicia. Al Puigdemont que marca los destinos de este país sin rumbo ni esperanza. Al Puigdemont que imprime en el gobierno su sello nauseabundo.