Dies irae

Como no puede ser...

…de otra manera. Frase absurda, donde las haya, pero que se ha  entronizado en la jerga de algunos políticos. “Este Gobierno, como no podría ser de otra manera, siempre estará con los desfavorecidos”; “Vamos a acatar  las sentencias, como no puede ser de otra manera”; “Buscaremos el consenso social, como no podría ser de otra manera”… Y así una y otra vez. En las ruedas de prensa, en las tertulias, en las declaraciones. Ha llegado a ser tan apestosa la apostilla que ha contagiado a la sociedad civil y personas normales se ven a sí mismas explicando (como no podía ser de otra manera) por qué se expresan en tales términos, llegando a creerse, en verdad, que no podría ser de otra manera.  

Peste de latiguillo. Y falso, además. Porque todo, absolutamente todo, sí que puede ser de otra manera. De hecho, en una pirueta paradójica asombrosa, el gobierno para el que ciertas cosas no pueden ser de otra manera, las hace girar al minuto siguiente, a razón de su conveniencia. “España mantiene su tradicional posición sobre el Sahara, como no podría ser de otra manera” para, al momento siguiente, cambiarla de un plumazo, tomando justamente la posición contraria. “La amnistía (como no puede ser  de otra manera) no cabe en la constitución y nunca la admitiremos”. Pero…resulta claro que hay otras maneras: el conocido caso de Junts, paradigmático, haciendo ojitos a la investidura. “Dentro de este partido, la libertad de opinión está garantizada, como no podría ser de otra manera” y de seguido se le arrea con todo a García Page, y se recuerda a los díscolos que en este nuevo PSOE, o te aclimatas o te aclimueres.  

¿Será un tic subconsciente, nacido de una frustración psicológica? ¿Será esa rotundidad afirmativa la antesala de la negación? Ilumínenos, doctor Freud. Cuanto más cambian, más mienten y más reniegan hoy de lo dicho ayer, con más fuerza se agarran a la muletilla. Cosa diferente es el PP, donde todo puede ser de otra manera e incluso suele ser de otra manera: que se lo digan a Casado o se lo recuerden a Feijóo.  

Así que yo abomino del peñazo. Cuando escucho decir algo, lo que sea, “como no puede ser de otra manera” intuyo que no creen en ello, piensan cambiarlo y solo buscan una falsa autoconfianza. Y es que este gobierno es así: dice una cosa y hace otra, cambia el mal por el bien; convierte el agua en vino; abraza, como lectura de cabecera, El príncipe, de Maquiavelo; y todo ello… “como no podría ser de otra manera”. 

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