Díes irae

Una batalla que hay que librar

El arquitecto Ricardo Velázquez Bosco falleció en Madrid  en el año 1923. Apenas hemos salido de su centenario, que el Ayuntamiento  quiso dignificar con exposiciones, visitas guiadas y otras iniciativas. Vano  intento, porque el ultraje, el insulto a la memoria de Velázquez Bosco  permanece vigente e indemne, a la vista de todos. 

Palacio de Cristal en el Parque del Retiro
Palacio de Cristal en el Parque del Retiro

Hablamos del Palacio de Cristal, en el parque del Retiro de Madrid.  Un vivero gigante para glorificar a las islas Filipinas (¡ay, aún entonces, nuestras!) Una estructura magnífica, visualmente deslumbrante, que albergó  las enormes plantas y frondas de aquellas islas. Velázquez Bosco lo  construyó en 1887. No es el monumento más famoso de Madrid pero, para  quienes hemos nacido en esta Villa, es uno de los más entrañables. Con el  lago a sus pies y su alto chorro, la gruta del oso aledaño, cisnes discretos y  balaustradas poderosas…El Palacio de Cristal es un referente estético para  todos los madrileños. 

Vivía el palacio feliz, tras una remodelación de bajos en 1975 (sótano  con sala de actos, aseos y otros servicios de los que carecía) hasta que, ya  entrado el siglo XXI, alguien tuvo la idea de adscribirlo, como un anexo, al  Museo Reina Sofía, de arte contemporáneo. No era, en sí, una mala idea. Su interior se vería dignificado con exposiciones temporales. Lo último en arte, cobijado en lo más clásico; una cohabitación impactante. 

Palacio de Cristal 1
Detalle Palacio de Cristal 

El Palacio pasó a depender del Museo que, a su vez, dependía ya del ministerio de Cultura. Todo  el mundo piensa que el Palacio es del Ayuntamiento pero no es así; es de Cultura. Y cuando alguien, carente de talento y ayuno de respeto, se  aproxima a un monumento tan admirable para utilizarlo en su provecho, lo  normal es que algo salga mal. Y tal sucedió tras el nombramiento de Manuel  Borja-Villel como director del Reina Sofía, allá por el año 2008. “Todo el  mundo va a lo suyo, menos yo, que voy a lo mío”… debió reflexionar don  Manuel. 

Y en vez de detenerse a pensar, buscar e imaginar cómo dar una  entrada digna al monumento para sus obras, se largó una pasarela de tubos y  planchas, fea como un demonio, larga como un día sin pan, que atraviesa la  fachada y la arruina. Hasta el punto que desde entonces, los fotógrafos deben  hacer piruetas para sacarle una toma sin que se vea el engendro: de perfil,  desde los lados, con los árboles tapando… Éstas, desde luego, no las veréis. 

Detalle acceso rampa
Detalle acceso rampa

Fue en 2019 cuando lo descubrí. ¡Horror! Nada hay contra la accesibilidad, la libre circulación, las sillas ni los carritos; no caigamos en la farfolla inclusiva porque el tema no va de eso. El tema va de que todo acceso en rampa ha de hacerse por detrás, sin dañar la fachada. Velázquez Bosco creó una gran puerta trasera (mayor que las de delante, por cierto) hacia la que hay que dirigir cualquier tipo de solución. Tampoco hay que haber estudiado en Harvard para verla. Basta tener un mínimo cuidado, un mínimo respeto, un comprender que no se puede destrozar un monumento así, por ignorancia.  

¿Quién no recuerda su encierro forzoso entre marzo y junio de 2020?  Yo lo recuerdo porque hice una maqueta, recreando lo que podría ser un acceso trasero que limpiase la fachada. La hice del mismo estilo del edificio  original. Pero si se quiere, puede hacerse tan fea como lo actual…pero que  no se vea. 

Detalle maqueta
Detalle maqueta acceso trasero
Detalle de la maqueta
Detalle de la maqueta

De la maqueta salió un fascículo y lo recibieron el concejal de Retiro (de C´s, ya kaput, no era competente); el  Alcalde de Madrid (rápida respuesta sobre que no era de su competencia); la vicealcaldesa (sin  respuesta, se fue en las elecciones); el anterior director del reina Sofía (único que respondió sin decir nada, excepto que no tenía pasta); el ministro Iceta, por aquello de Cultura y de la pasta (sin respuesta, no creo  que supiera ni dónde está el Retiro); y el nuevo director, que tampoco se ha  molestado en contestar pero no puede usar temporalmente el Palacio porque  se caían los cristales y está cerrado por reforma. Así que debo volver con el  Alcalde, porque es quien representa la dignidad de Madrid.  

Maqueta

Señor Martínez Almeida: quienes miran ese espanto lo ven a usted.  Nadie sabe que la responsable es Cultura, la gente no está para florituras  burocráticas. Y usted tiene en su mano eliminar, ya mismo y de un plumazo,  el desafuero. ¿No conoce “El mercader de Venecia” de Shakespeare? Dígale  al ministro de Cultura lo que el Dux de Venecia dijo al usurero Shylock,  cuando quiso arrancar un kilo de carne del pecho de Antonio: “Puedes  arrancar la carne pero si derramas una gota de sangre…” El edificio dependerá de Cultura pero el suelo que le rodea, desde la linde misma del perímetro de piedra, es del parque  del Retiro, de los madrileños, de usted… Así que inste al señor Urtasun a levantar de inmediato la pasarela; levántela usted mismo de modo sustitutorio, como se hace con transgresores e ilegales, y ubíquese un nuevo acceso, por detrás, en el que el Ayuntamiento tenga el protagonismo que no puede ceder. Por vergüenza. Por la dignidad de Madrid y la memoria de Ricardo Velázquez Bosco. ¡Alcalde, no te rajes! 

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