Zarabanda

Aún aprendo

El 20 de diciembre de 1825, Francisco de Goya escribió una carta a Joaquín María Ferrer, político y militar español exiliado en París, al que conocía y había retratado junto con su esposa. En ella le solicitaba ayuda económica para continuar con sus proyectos artísticos, porque su situación era muy difícil.

"Agradézcame usted mucho -le manifestaba- estas letras porque ni vista, ni pulso, ni pluma, ni tintero, todo me falta y solo la voluntad me sobra"

En efecto, a Goya, pese a su edad, sus dolencias y sus problemas, le sobraba voluntad. También el deseo de trabajar, de vivir en plenitud y de seguir aprendiendo. Así lo manifiesta en un significativo dibujo (Cuaderno G, 24. Burdeos I) que se conserva en el Museo del Prado. 

En él, un anciano, con largas, níveas y encrespadas melena y barba y una túnica hasta los pies, camina, solo, apoyado en dos bastones. Sus ojos miran de lado. Unos ojos fatigados, quizá con glaucomas, que han observado y visto mucho, y que siguen buscando la esencia y el alma de lo que escudriñan.

La venerable figura está esbozada con lápiz negro y litográfico sobre un papel verjurado y grisáceo de 19.2 × 14.5 cm. Junto a ella, en la parte superior derecha desde nuestra perspectiva, escrita con letra clara, aparece esta breve y significativa frase: "Aún aprendo". Se trata sin duda de un autorretrato enfatizado del pintor. "Un autorretrato simbólico que muestra una voluntad inquebrantable de desarrollo personal" (Alberto Roura). Un hombre que sigue adelante con una voluntad férrea, aunque le fallen las fuerzas y las piernas no le obedezcan. 

"Le era imposible salir sin la ayuda de su joven compatriota Brugada. Apoyándose en su brazo y por los sitios menos frecuentados probaba a marchar solo, pero eran inútiles sus esfuerzos, las piernas no le sostenían. Entonces exclamaba montando en cólera: ¡Qué humillación! ¡A los ochenta años me pasean como a un niño, es necesario que aprenda a andar!" (Laurent Matheron). Tozudez y "rasmia" de un buen aragonés. 

A esa edad, en 1826, crea este dibujo y nos recuerda con orgullo, "aún aprendo". Siglos antes, otro gran genio, Miguel Ángel, utilizó esa misma expresión, "ancora imparo", cuando le alababan sus pinturas de la Capilla Sixtina. Tenía ochenta y siete años. William Blake, en 1801, lo representó en un grabado junto con esas palabras: "ancora imparo" ("aún aprendo"). Breve sentencia que proviene de la filosofía clásica, Sócrates, Platón, Plutarco...

Goya se había establecido en Burdeos en septiembre de 1824. Había salido de España tras pedir permiso a Fernando VII, era pintor de cámara, para tomar las aguas en el balneario de Plombière. Fijó su residencia en esa ciudad porque allí se habían exiliado amigos suyos liberales. Su estancia fue muy fructífera. 

Salió de España porque tuvo miedo de la represión emprendida por el monarca tras derogar la Constitución de 1812, que estaba vigente. Constitución que el propio Fernando VII había jurado, después de triunfar el levantamiento del comandante Rafael de Riego y ser promulgada. Dicho juramento, que tuvo lugar el día 9 de marzo de 1820, y el manifiesto del día siguiente, fueron una auténtica felonía, dado su posterior comportamiento. 

Veamos algunos párrafos del mismo:

"Españoles, vuestra gloria es lo único que mi corazón ambiciona. Mi alma no apetece sino veros en torno a mí, todos unidos, pacíficos y dichosos. Confiad, pues, en vuestro rey...

Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional y mostrando a Europa un modelo de sabiduría, orden y perfecta moderación en una crisis que en otras naciones ha ido acompañada de lágrimas y desgracias... al mismo tiempo que labramos para siglos nuestra felicidad y nuestra gloria "

Palacio de Madrid, 10 de marzo de 1820

Tres años después la derogó, con ayuda de los países europeos de la Santa Alianza y del ejército francés de los "Cien Mil Hijos de San Luis", terminando con el "Trienio Constitucional" y restableciendo el absolutismo monárquico.  El 7 de noviembre de 1823 Riego fue ahorcado y decapitado en la Plaza de la Cebada, tras ser arrastrado por las calles de Madrid en un serón. 

Fernando VII, que ha pasado a la historia como "el rey felón", estableció una brutal tiranía. Promulgó un decreto que anulaba todo lo legislado durante "el trienio", estableció la censura, y persiguió con crueldad a quienes defendían las ideas liberales y  constitucionales. Hubo delaciones, apresamientos y ejecuciones. Muchos se exiliaron. Fue la "Década Ominosa" (1823 - 1833). Dos siglos se han cumplido desde que se inició. 

Goya abandonó España dejándonos testimonios imborrables de los "desastres de la guerra," en cuadros y grabados, y de la amarga realidad de nuestro país, en las "Pinturas Negras". Una de las más trágicas, "El duelo a garrotazos", simboliza la terrible existencia de las dos Españas, que todavía hoy, en el siglo XXI, hay insensatos que quieren perpetuar,  y aún levantar muros entre ellas, para nuestra desgracia.

"Españolito que vienes al mundo -avisó el poeta, nuestro Antonio Machado- te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón".

Francisco de Goya y Lucientes murió en el exilio, como tantos españoles, en Burdeos, el 16 de abril de 1828, con ochenta y dos años. Fue enterrado en el cementerio de Chartreuse. Hoy lo tenemos en una sencilla tumba al pie del altar mayor en la ermita de San Antonio de la Florida, rodeado de alguno de sus frescos más hermosos. Imágenes llenas de esa luz que tanto necesitamos.