Crónicas de nuestro tiempo

El arte de saber mentir

¡Dime de qué acusas y te diré lo que haces!  ¡Dime de qué presumes y te diré de lo qué careces! Esta es la doctrina de la izquierda. Saber acusar a otros de lo que ellos hacen.

En un artículo del 6 de Marzo pasado, traté el tema de la mentira con el título: Verdad y Mentira, que ahora procede releer.

Tanto comunistas como socialistas, provienen de principios basados en filosofías marxistas cuya puesta en práctica ha concluido a través de la historia en atroces crímenes a la humanidad por medio de la persecución, la tortura, el sometimiento y la muerte.

No cabe duda, que el comunismo y su difusión, debería estar ilegalizado y penalizado, por lo menos en Occidente, pero la fundamental intervención y éxito del ejercito ruso durante la segunda guerra mundial, no dejó otra alternativa a los cuatro miembros permanentes, que conceder a Rusia el poder de veto y permanencia en el Consejo de seguridad de la ONU, lo que obligó a mirar para otro lado sin sancionar sus genocidios.

En el caso comunista, Maquiavelo, allá por el siglo XV, abrió la puerta, mente y maldad, de lo que prevalece en el espíritu de quienes practican él sometimiento despiadado: "El fin justifica los medios". Y ese es el pensamiento dogmatico de Sánchez y sus adoctrinados. 

Para los comunistas, al único Dios de la ciudadanía en quien se debe creer, idolatrar y venerar, es al líder dirigente, como una especie de Padre todopoderoso, condescendiente y merecedor de inmortalidad eterna. Por eso, los hijos de los servidores del pueblo son como bacinillas a su servicio y el de las autoridades. El concepto de familia se reduce a la subsistencia en grupo, con la finalidad de convertir a los individuos en insensibles instruidos, fieles al mandato divino del adalid; guía y cabeza.

Muchos más de cien millones de asesinados, torturados y masacrados, se anotan en los registros históricos, con un cierto parangón con la religión, donde se rinde culto, acatamiento, capitulación y rendimiento al Padre eterno, compensador de la obediencia por medio de la resurrección (.!.) que también a través de la historia se cuentan por docenas o centenas de millones los ajusticiados por haber sido acusados de paganos, desobedientes, ateos o infieles. En definitiva, dos dictaduras con cierta homogeneidad.

Los socialistas, bajan las exigencias al líder; abren las libertades y se sitúan más cerca de los anarquistas medio moderados. La meta es la captación de voluntades mediante lo que llaman "Progresismo" que no es otra cosa que permitir dar rienda suelta a toda clase de mentiras, promesas, libertinaje, vagueria, rebeldía ajena, malos modos, condescendencia delincuencia, permisión psicotropica, cambiar las estadísticas, ataque a la derecha, y sobre todo… saber chamar la realidad y la historia, hasta el punto de admitir y persuadir al mundo, para que crean:

Que los testículos del empresario, agredieron la punta del zapato del corpulento afiliado pesoista que paseaba tranquilamente por la puerta del domicilio del empresario atacante y desalmado, afortunadamente denunciado.

Para qué, el socialismo se vislumbre como libertario dentro de la utopía marxista, ha sido necesario engañar,  blanquear y pasar hoja, de lo más despiadado y cruel del comunismo, que es su primo sectario y el punto de arranque de la esencia de ambos.

Por eso, acusar a la derecha de lo que han hecho y hacen, negando la evidencia, forma parte de su dogma de fe; lo que se convierte, en admirable "indecencia" inocentemente sostenida por la desidia de una derecha sumisa, cobarde y corrupta por irresponsable, que siempre ha ayudado a aflorar y mantener la erudita sabiduría zurda en: EL ARTE DE SABER MENTIR.