Reflexiones Australes

2023: Un año para olvidar

Andrés Montero J.
photo_camera Andrés Montero J.

Hay años que alegran y dan energías para seguir luchando por un mundo mejor. Hay otros que es mejor olvidar, pues suceden cosas inesperadas y otras inexplicables. El mundo enfrenta dos conflictos bélicos de difícil solución. En Ucrania, el tirano Putin hace de las suyas y continúa destruyendo una nación independiente, usurpando territorios sin respetar resoluciones de organismos internacionales y ganando tiempo para desmoralizar al adversario. La OTAN con un comportamiento cauto apoya, pero no apoya a Ucrania. Toda la destrucción se produce en el país invadido y el territorio de Rusia permanece in tocado. La crisis entre Israel y Palestina continuará, no sabemos por cuánto tiempo, incluso más allá del fin del grupo terrorista Hamás e Irán amenaza con intervenir de manera directa. Europa sigue siendo invadida por inmigrantes ilegales, en distintos lugares. Italia y España se llevan la peor parte. Sorprende que se apruebe en la Unión Europea un alto número de inmigrantes ilegales-legales con todo tipo de beneficios. ¿Pensarán los líderes europeos que eso limitará el ingreso de ilegales más allá del número permitido? Los musulmanes de manera acelerada toman el control de Francia, Bélgica y en menor medida Reino Unido y Holanda. La cultura europea corre peligro. En España Lanzarote es puerto de entrada de marroquíes y hasta Pamplona da cuenta de ataques a españoles por parte de ilegales. La pobreza en Africa sigue creciendo y el abrir la puerta solidaria de Europa no resuelve nada en el origen. Los recursos de la Unión Europea deberían ir a la raíz del problema y esa no es otra que el subdesarrollo y la pobreza que debe ser erradicada con crecimiento económico. En vez de ocupar tantos recursos en igualdad de género, en subsidios a minorías vociferantes y en el cambio climático, lo urgente es lograr que llegue inversión y empleo al Africa subsahariana. Si nos trasladamos a América, en 2023 se consolidan las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Se complican las cosas en Colombia y Perú, Chile no crece y se torna terriblemente inseguro. Se reduce la jornada laboral a pesar de que la productividad no aumenta. Argentina es la excepción, con la llegada de Milei, dispuesto a darle la guerra frontal a los corruptos, pero con resultados aún inciertos. El número de migrantes rumbo a los Estados Unidos a través de Centroamérica y Mexico aumenta exponencialmente, generándose conflictos fronterizos. China continúa avanzando de manera impresionante. Su sistema político, sin democracia, le permite ocupar sus recursos humanos y financieros en tareas monolíticamente dirigidas. No pierden tiempo en discusiones estériles y siguen creciendo. China construye mega puertos, controla el comercio, produce automóviles para todos los mercados y es el principal importador de materias primas haciendo dependientes a países pequeños y no tan pequeños. En 2023 la ONU y sus filiales han seguido imponiendo su agenda 2030, con el beneplácito de empresarios ingenuos y de gobiernos progresistas. El clima se hace más inestable, lo mismo que la familia tradicional, ya superada por cualquier combinación posible. En 2023 España sufre divisiones generadas por un gobierno democrático, que propicia amnistía y separatismo. Desde afuera cuesta entenderlo y al parecer también desde adentro. España pierde identidad, se presiona por lo multilingüe y derechamente por fraccionar al Reino de España. El narcotráfico sigue infiltrado en países productores y consumidores de droga. No hay fórmulas exitosas para disminuir sus negativos efectos en la sociedad. Esperamos que el 2024 sea mejor que el año que se va y que las grandes y poderosas naciones utilicen su influencia y recursos en soluciones concretas más allá de la retórica insoportable. El mundo está cada día más frágil.